El otro día tuve la oportunidad de poder realizar una visita guiada la museo Thyssen. Fue muy interesante, ya que la guía se centró en exponernos la historia de la colección, sin olvidarse de la explicación de algunas obras.
El conjunto de obras mostradas se definía como la colección de pintura privada más grande del mundo. Lo más interesante es que fue construida en una escueta cantidad de tiempo, empezándose en la década de los años 20 del siglo pasado. Aunque ya, el abuelo del último barón, August Thyssen, magnate de la industria metalúrgica, se interesaba por el arte. Las cuatro esculturas de Rodin que se encuentran en el vestíbulo fueron encargadas por éste.
Su hijo, Heinrich Thyssen, que al contraer matrimonio adquirió el título de Barón, siguió con su afición de su progenitor. Empezó interesándose por el arte germánico de la edad media en adelante consiguiendo obras de Durero o Carnach, importándole más tarde autores centroeuropeos, como Roger van der Weyden o Jan van Eyck. También se implicó en conseguir obras de pintores italianos, desde el retrato de Giovanna Tornabuoni de Domenico Ghirlandaio hasta paisajes de Canaletto.
El primer Barón optó por instalar la colección en la Mansión Villa Favorita, en Suiza, lugar donde se intuía un futuro de paz perturbado por la II Guerra Mundial. Allí se guardaban y exponían las obras.
El Barón logró adquirir una cantidad aproximada de 500 obras. Que se segregó cuando Heinrich falleció. Sin dejar de lado las polémicas por el testamento, los cuadros se repartieron entre los hermanos. Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, II Barón, se propuso reunir la colección, ya que uno de los deseos de su padre era mantenerla unida. En un primer momento, se implicó por recuperar las obras mediante acuerdos, compras o subastas. Ambición que le perseguiría el resto de su vida. Luego, siguió ampliando con obras anteriores al siglo XVIII.
Sobre la década de los 60 el Barón se empezó a interesar por el arte más moderno y contemporáneo. Sintiendo una especial devoción por el expresionismo alemán. Este movimiento fue muy denigrado por el regimen nazi. Que especificó a una serie de autores como creadores de un arte degenerado (Entartete Kunst). Haciendo que artistas como Emil Nolde dejase de pintar al óleo por el delatador olor de la trementina.
Su fascinación por el arte americano del siglo XIX lo llevó a recaudar un número importante de cuadros. Logrando destacar de otras colecciones europeas por la calidad y cantidad de esta escuela.
Así pues, se encontró con un problema de espacio en Villa Favorita, solucionándolo con la itinerancia de una parte de su conjunto, fomentando a su vez el acceso a su pinacoteca en otras partes del mundo. Llegando a Madrid en la década de los 80.
Sin embargo, uno de los mayores miedos del Barón era que pudiese darse de nuevo la situación de que la colección volviera a descomponerse. En un primer momento se pensó en ampliar su mansión de Suiza. Este proyecto no se pudo llevar a cabo.
Se empezaron a barajar distintas ofertas donde Madrid se postulaba como favorita. Se ofrecía una estabilidad en la conservación de la colección, además de un espacio, como el Palacio de Villahermosa, cercano al museo nacional del Prado y el Reina Sofía, creando un conjunto museístico único en el mundo.
Otro factor a tener en cuenta fue su matrimonio con Carmen Cervera en 1985, que compartía su deseo de mantener la colección sin fracturas en el futuro.
En un principio se llego a un acuerdo con el gobierno, con el que la colección permanecería un periodo de nueve años en España, instalándose una gran parte en su sede actual del paseo del Prado.
En octubre de 1992, se inaugura oficialmente el museo. Este hecho no finaliza con las conversaciones con el poder gubernamental. Llegando a un acuerdo en el que el estado español adquiere a un módico precio la colección un año después.
El Barón fallece en 2002. Este hecho no impide que su esposa siga su legado, ampliando la pinacoteca y sintiendo predilección por la época impresionista.
Su colección, llamada “colección Carmen Thyssen Bornemisza”, cuenta ya con una cantidad aproximada a las 600 obras.
Me parece muy interesante este museo ya que hay pocos con los que compararse. Es un museo que abarca la historia del arte desde el siglo XIII hasta finales del siglo XX. Además me fascina la idea de como complementa al museo del Prado, cuya pinacoteca tradicionalmente se compone por las colecciones reales. También completa al museo Reina Sofía, porque la colección de la primera mitad de siglo, sobretodo, se construye con obras de autores de nacionalidad española.
No hay una representación impresionista tan importante en España como la que encontramos en esta institución. Sin olvidarnos de la preocupación por instalar exposiciones temporales de relevancia con frecuencia, como la que hoy se inaugura sobre Cèzanne (1939 – 1906), considerado como un precursor del arte contemporáneo.
A continuación os invito a visionar algunas de las obras más célebres que nos podemos encontrar en este museo:
Jesús entre los doctores. Durero
Habitación de hotel. Hopper.
Expulsión, luna y luz de fuego. Cole
Florero. Memling
La piedad. José de Ribera, el españoleto.
Les Vessenots en Auvers. Van Gogh
Mata Mua. Gauguin.
Mujer en el baño. Liechtenstein
Díptico de la anunciación. Jan Van Eyck.
Joven caballero en un paisaje. Carpaccio
La muerte de Jacinto. Tiepolo
Pintura con tres manchas. Kandinsky
Retrato de Enrique VIII de Inglaterra. Hans Holbein el joven
Retrato de George Dyer en un espejo. Bacon
Retrato de Giovanna Tornabuoni. Ghirlandaio
Retrato de un campesino. Paul Cèzanne
San Jeronimo en el desierto. Tiziano
Santa Catalina. Caravaggio
Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar. Dalí
Vista de la plaza de San Marco. Canaletto
Bailarina basculando. Degas
Autorretrato. Rembrant
Arlequín con espejo. Picasso
Amazona de frente. Manet